jueves, 1 de mayo de 2008

París y sus museos

París es una ciudad que rezuma cultura por todos sus poros y, como no podía ser menos, tiene varios de los mejores museos que existen en este planeta, entre los cuales destacan, sin lugar a dudas, el Museo D´Orsay, el Centro Georges Pompidou y el Museo del Louvre. Es aconsejable, en cualquiera de ellos, llegar a primera hora o a última hora del día pues las colas son habituales pues se llenan de gente rápidamente.

El Museo D´Orsay alberga una interesante selección de pintores impresionistas y está ubicado en un precioso edificio que antiguamente era una estación de tren. El museo tiene pinturas pre-impresionistas, post-impresionistas, esculturas,... pero lo que de verdad vale la pena es la quinta planta, donde están los cuadros de los más famosos pintores de este estilo en el que está especializado este museo.

Paso muy por encima del resto del museo y llego al plato fuerte donde destacan los cuadros de Monet, Manet, Cezanne, Van Gogh, Gaughin o Toulouse-Lautrec. Los que más me gustan e impresionan son los de Monet, Gaughin y Van Gogh, aunque este último me ha sorprendido menos puesto que ya había visitado su museo en Amsterdam.

En este museo me ha llamado la atención algo que no me ha gustado francamente nada. Ahora resulta que la gente (sobre todo a la chavalada) les encanta sacar fotos de los cuadros más famosos. Supongo que esto es debido a la gran cantidad de cuadros "mediáticos" existentes en este museo y a la no prohibición de hacer fotos. Así que hay gente peleándose por ponerse cerca del cuadro sin dejártelo ver tranquilamente y luego también hay los gilipollas de siempre que aunque esté prohibido usar el flash a ellos les da igual. Hago una petición a los responsables del museo a que prohíban hacer fotos a los cuadros!!!

El Centro Georges Pompidou de Arte Contemporáneo es uno de los edificios modernos más conocidos en el mundo. Los arquitectos tuvieron la gran idea de "darle la vuelta" al edificio y sacaron todas las tuberías afuera del edificio a la vista y según el color de ellas se puede saber si son de agua, aire acondicionado,... lo que hace que el interior del edificio sea un espacio diáfano que esté dedicado en su totalidad a las exposiciones. Todo esto, añadido a que está en medio de un barrio tradicional y clásico y pegado al ayuntamiento, hace de la estampa del edificio algo espectacular.

Dentro visité la exposición temporal de Louise de Bourgeois, una francesa aunque afincada en NY, que se ha convertido en un icono del arte contemporáneo, y la exposición permanente del museo, que es inmeeeeensa, acabas saturado de tanto arte, aunque a mí en este tipo de arte siempre hay algo que me acaba sorprendiendo, no como en museos de pintura clásica tipo El Prado, que al final todo me parece muy igual.

¿Y qué decir del Louvre? El museo más grande del mundo y uno de los más importantes que contiene más de 350.000 piezas. La única forma de visitarlo (si no tienes dos semanas para hacerlo) es ir a tiro fijo a las cuatro cosas que quieras ver, entre las que seguro estarán la Gioconda o la Venus de Milo, y disfrutar del interior del edificio, que es espectacular. Yo, al final, no entré y me quedé con ganas de ver la Gioconda.







Pero la visita de los alrededores del museo es también muy bonita. El edificio tiene forma de C y en el centro se ubica la controvertida pirámide de tipo moderno que tuvo muchos detractores cuando se construyó al final del siglo pasado y que, hoy en día, es una de las entradas al museo. Supongo que es algo que la gente odia o admira pero a mí me encanta esta mezcla de moderno y clásico en la arquitectura.

Aparte de estos tres museos la ciudad está llena de otros muchos interesantes pero es complicado visitarlos todos, o parte de ellos, a no ser que no quieras caer presa de alguna enfermedad de tipo incurable o tengas mucho tiempo para hacerlo.

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