Tras la aventura del tren me dirigía Gurué, un pequeño pueblo del que había recibido buenas referencias. Incrustado entre las montañas y con campos de té rodeándolo
Allí me decidí a hacer una bonita caminata de casi 6 horas, donde el destino final eran unas cascadas
Aquí podéis ver la entrada a la plantación de té que había que atravesar...
...y aquí parte de la plantación
Durante la caminata atravesé un río en que se veía claramente que era el centro neurálgico de la aldea que lo atravesaba
Cada cual hacía uso del río para lo que necesitase. Había quien lo utilizaba para lavar su flamante moto...
...otros para hacer la colada...
...otros para machacar la harina que luego comerían...
...y otros simplemente para refrescarse y divertirse
Después de una ascensión suave...
...rodeados de bellos paisajes...
...llegamos a la catarata
¿Y por qué digo "llegamos"? Pues porque yo salí a caminar solo y sin rumbo fijo pero intentando llegar a la catarata, pero sin saber muy bien el camino, y se me unió un chaval local que me sirvió de guía hasta el salto de agua. Aquí le podéis ver en lo alto de la cascada con un bonito paisaje de fondo
Besos y abrazos a todos
Javier
1 comentario:
¡ Como me gustan tus viajes ! las fotos inmejorables
Publicar un comentario