Buenas a todos;
Subir a un antiguo tren en Mozambique, en una región por la que casi no hay carreteras, rodeado de magníficos paisajes y traspasando una de las partes más rurales del país tenía que ser toda una experiencia. Ese fue el motivo que hizo que tomase la decisión de pasarme 10horas en el tren de Nampula a Cuamba. El motivo no era moverme de un sitio a otro, sino el trayecto de por sí en el tren. Y realmente no me defraudó.
De todas maneras el día no empezó bien. Al entrar a la estación a las 4:30 de la mañana y aún de noche unos policías me hicieron pagar la primera "mordida" de mi vida. Se inventaron una excusa estúpida (que no tenía el sello de salida del país, cuando aún no había salido de él) pero como tenía peligro de perder el tren pues hubo que pagarles.
Los paisajes eran espectaculares. El paisaje habitual de estas tierras es una sabana muy llana de la que salen pequeñas montañas, aunque hubiese alguna zona en que las montañas fueran más continuas
Atravesamos y paramos en muchas aldeas que constituyen la "verdadera África"
El trayecto fue de lo más agradable
Aunque no me lo esperaba, el tren contaba con vagón - restaurante
Pero sin lugar a dudas el mayor espectáculo se producía en cada una de las paradas, donde alrededor del tren se creaba un verdadero mercadillo
Por lo que se vendía en cada lugar podías saber las riquezas de la zona, en este caso queda claro que sobraban zanahorias
Durante el trayecto estuve socializando con mis compañeros de compartimento, todos mochileros. Quedó claro que nos habían juntado a propósito a todos los "acunhas" (uséase, los blanquitos en la lengua macúa, la local de la zona). Mis compis de tren eran un japo (cada día estoy más convencido que no hay uno normal), un alemán y dos marroquíes (la primera vez que me encuentro gente de esa nacionalidad por ahí)
Os dejo con unas cuantas fotos más de mi aventura ferroviaria
Besos y abrazos a todos
Javier
domingo, 29 de agosto de 2010
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