miércoles, 5 de agosto de 2009

Staying alive en el Sanni Pass



[NOTA: en este post no hay video porque Youtube le ha cortado el audio por problemas de derechos de autor y el video sin audio no tiene ningún sentido ponerlo. No entiendo esto, ¿qué saco yo de provecho poniendo la música? El único que saca algún provecho es el grupo pues más gente escuchará su música. Cuando las cosas se llevan al extremo acaban sin tener sentido]



Buenas a tod@s;

Tras otro maratoniano día de carretera (parece que siempre empiezo los posts así pero es que es totalmente cierto) llegamos a la falda de los Drakensberg, las montañas más altas de todo Sudáfrica. Aquí planeamos venir a hacer algún trekking de un día pero los planes cambiaron y contratamos una excursión organizada para llegar a Lesotho a través del Sanni Pass.

Lesotho, por si alguno no lo sabía, es otro país diferente que tiene como mayor peculiaridad, al menos para mí, el ser un país isla, es decir, está dentro de Sudáfrica todo el país sin tener tampoco frontera marítima, y su capital es Maseru. En la foto siguiente podéis ver a David con el sombrero típico del país.



La excursión consitía en ir en un 4x4 hasta las montañas de Lesotho. Para ello teníamos que atravesar el Sanni Pass, un paso de montaña espectacular en vistas pero inenarrable en cuanto a infraestructuras. El camino era todo de piedras, algunas de un enorme tamaño, moviéndose sin parar el coche, y con unos impresionantes precipicios a los lados que hicieron las delicias de Paula y su miedo a las alturas.







La ida fue genial parando en diferentes miradores, pasando primero la frontera sudafricana, luego una tierra de nadie (debido a la locura del terreno no depende de ningún país) y luego al llegar a la cumbre del paso (2.873 m) entrar en Lesotho. Ya en Lesotho recorrimos unos cuantos kms por paisajes totalmente desolados y que aún mantenían restos de la última nevada. Por cierto, hacía un frío que pelaba.







Visitamos una aldea de cuatro casas en Lesotho donde nos explicaron un poco su forma de vida. Curioso que en este país la mujer dentro de la sociedad normalmente tiene más poder y cultura que el hombre y suele ser la única que accede a los estudios porque un chico para "hacerse hombre" ha de irse durante unos años a la montaña él solo con los animales. Para mí la siguiente foto es una de las más bonitas del viaje y es de un pastor de Lesotho con su atuendo de montaña para no pasar frío, enmarcado dentro de un cielo azul alucinante.





En el 4x4 compartimos sitio, además de con el conductor, con una pareja de señores mayores (sobre 70) que venían desde Nueva Zelanda y con Elena, una chica de Londres que estaba trabajando actualmente en Pretoria y disfrutaba de unos días de vacaciones (y de días de relax alejada de la "pacífica" y "divertida" ciudad de Pretoria). Al volver, y antes de descender hasta Sudáfrica, paramos en el que se publicita como "El pub a más altura de todo África" (¿cuántos habrá que se publiciten así en todo el continente?). En la foto podéis vernos con Elena, la chica inglesa de la que os acabo de hablar.



Estaba siendo un día redondo pero faltaba lo peor, que era la bajada por el Sanni Pass (sobre todo para los que tenían vértigo). La cosa iba tranquila hasta que llegamos a una curva cerrada de la carretera donde hay un río helado, con su salto de agua incluso también congelado (yo nunca había visto nada así), cuando nos acercábamos a pasar por encima del ríachuelo helado el coche se le va al conductor, derrapa y nos quedamos parados muy pero que muy cerquita del precipicio, ¡¡¡vaya susto!!!¡¡¡por poco nos matamos!!!



Fue curiosa la reacción de todos nosotros. A mí me pasó que después de un momento de "aquí no ha pasado nada" me empezó un calor enorme por todo el cuerpo que entiendo es una reacción involuntaria del cuerpo ante el susto. Lo curioso es que de repente se empañaron todos los cristales, así que yo no fui el único que sufrió ese tipo de sofoco. Pero lo más simpático fue la ocurrencia de David que se puso a cantar, y luego todos le seguimos al unísono, la canción de los Bee Gees "Staying alive" ("todavía vivos"), fue una manera genial de quitarnos los nervios y de echarnos unas risas. Mientras, el conductor estaba todo callado y sin decir ni pío...

A pesar de casi matarnos fue uno de los mejores días de todo el viaje

Besos y abrazos a tod@s

Javier

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