
Una vez que cogemos los coches de alquiler (una grata sorpresa: un Mondeo nuevo y un C4 Picasso de estreno) nos dirigimos al hostel de Bruselas guiados por el GPS (cuánto dará que hablar este maldito aparato durante todo el viaje). Deshacemos las maletas y nos vamos de paseo nocturno al centro a ver la Grand Place y tomar unas cervecillas por los alrededores.

Curioso el ambiente nocturno de la capital belga, muchísimas pintas sorpechosas, vimos una persecución policial, una pelea, unos cuantos pasados en bastante mal estado,... nos ha sorprendido bastante y eso que no somos de fácil asustar en este aspecto. Como dirían los de Coruña ( es decir, todos menos yo) estaba lleno de "marroneros"
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